13 septiembre 2011

HEREJIAS, HERIDAS Y HOLOCAUSTO

Cuando un cristiano se relaciona más con Israel, el pueblo judío y las raíces hebraicas de nuestra fe, descubrimos que existe un fantasma oscuro en nuestro pasado cristiano: un legado de odio hacia el pueblo judío manifestado por siglos de discrimen, persecución, exilio y muerte, incluyendo eventos horrorosos tales como las Cruzadas, la Inquisición, los Pogromos y el Holocausto.

¿Se ha preguntado alguna vez cómo hubiese sido si la Iglesia se hubiese mantenido conectada a sus raíces judías? ¿Qué cosas pudiesen haber sido evitadas? Este es un asunto de estudio muy interesante, y será el tema del presente escrito.

De entrada, quisiera aclarar algunas cosas. Primeramente, es probable que un judío religioso moderno no esté de acuerdo con lo que voy a decir, pero quisiera citar algo que el Dr. Marvin Wilson acostumbra decir, lo cual me gusta mucho. Dice que en el primer siglo de la Era Común, o la Era Cristiana, nacieron dos religiones: el cristianismo y el judaísmo moderno. La razón por la cual el Dr. Wilson dice así es porque el judaísmo durante tiempos de Yeshúa (o Jesús), cuando todavía existía el Templo, era muy diferente al judaísmo de hoy día. El judaísmo durante los tiempos de Jesús y del Templo tenía elementos muy distintos. En el Nuevo Testamento, leemos acerca de los saduceos, los fariseos y los esenios. Actualmente, no existen saduceos ni esenios. También leemos acerca del Templo, de los sacerdotes y su particular perspectiva. Hoy día, ya no existe el Templo ni un grupo sacerdotal que haga sacrificios, enseñe, ni dirija al pueblo judío. Por lo tanto, el judaísmo hace 2,000 años era muy diferente al judaísmo moderno. Aunque pueda percibir un lejano parecido al judaísmo moderno en lo que voy a discutir a continuación, es posible que algunos lectores judíos no concuerden con mis conclusiones.

Segundo, cuando describo maneras en que la Iglesia pudo haber evitado algunos errores si se hubiese mantenido más conectada a sus raíces judías, es importante que se entienda que tampoco implico que todo hubiese sido perfecto. De hecho, lo que en realidad estoy diciendo también lo dijo Pablo en 1 Corintios 1:22-25: "Porque en verdad los judíos piden señales y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los judíos, y necedad para los gentiles; mas para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios. Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que los hombres."

Permítame proponer una manera diferente de interpretar este verso a la que se acostumbra hacer. Una parte de lo que nos dice el texto anterior es que la forma de pensar hebraica o judía no es como el pensamiento griego (y también occidental). Los dos son muy diferentes. La premisa en que se basa el presente estudio es que podríamos comprender mejor y refinar aún más nuestra fe si elimináramos la tensión entre el pensamiento griego y el hebreo, y ubicáramos por encima de éstos la Palabra de Dios. No creo que sea un accidente que la Palabra de Dios nos haya llegado en ambos idiomas. Creo que podríamos caer en un error si amáramos tanto nuestras raíces judías al extremo de que lleguemos a pensar que "si todos fuésemos judíos, y si estuviésemos practicando los ritos judíos, todo sería maravilloso," o "el idioma griego no es tan bueno como el hebreo," olvidando que se halla una profunda verdad en la tensión y el balance entre el idioma y la manera de pensar hebrea y griega.
 
Más adelante, discutiré brevemente la tensión que existe en mantener un balance entre ambos. Sin embargo, dado que la Iglesia históricamente se ha abanderizado más hacia la forma de pensamiento griego, la mayor parte de lo que voy a ilustrar tiene que ver con problemas que pudimos haber evitado si la Iglesia hubiese mantenido un poco más su forma de pensamiento hebreo.

Una Parábola
Deseo comenzar ofreciéndole un ejemplo que ilustre lo que quiero expresar. Le voy a compartir una historia, o realmente, una parábola.
Había una vez, mucho tiempo atrás, dos hermanos. El primer hermano era mucho mayor que el segundo, y como es típico de esta situación, el mayor se sentía responsable por ser cabeza del hogar y proteger los derechos y las tradiciones de su familia. Al hermano menor se le ocurrían unas ideas extrañas e innovadoras, las cuales no agradaban al mayor. Como suele suceder entre hermanos, peleaban mucho entre sí. Y como también suele suceder, por ser el mayor más grande y fuerte, a veces llegó a lastimar al hermanito. Pero con el paso del tiempo, el hermanito creció y llegó a ser tan grande y fuerte como el mayor. Ahora, hay otra cosa que deben saber acerca de estos hermanos. Vivían en un país muy lejano, gobernado por un malvado dictador. Aunque había riña entre ellos, el verdadero problema era el cruel dictador que les hacía la vida imposible.

Al tiempo, algo extraño sucedió. ¡El hermano menor se casó con la hija del dictador! De repente, el hermano menor pasó de ser perseguido por el dictador a ser parte de su familia. Y también con el paso del tiempo, el hermano mayor prefirió olvidarse de la riña que tenía con su hermano menor porque tenía problemas de mayor envergadura. Sin embargo, el hermano menor no quiso olvidar la riña. Aunque ninguno ya recordaba la razón por su pelea, el menor no se olvidaba del asunto. A medida que éste adquiría más poder y autoridad por ser parte de la familia del dictador, comenzó a ejercer su autoridad para lastimar y perseguir a su hermano mayor. Esa lucha no tan sólo se daba mientras ambos hermanos aún vivían, sino que fue prolongada por los descendientes de ambos, de generación en generación.

Es posible que usted pueda pensar en alguna situación real donde ocurra algo semejante. Por razones desconocidas, ambas partes se odian a muerte, pero ninguno recuerda por qué. Respecto a la familia mencionada en mi parábola, los descendientes de los hermanos mantuvieron su riña viva por siglos y milenios. 

El hermano mayor llevaba el nombre de Jacob (o Israel, el pueblo judío) y el menor somos nosotros, los cristianos gentiles. Hemos inflingido terribles venganzas contra nuestro hermano mayor, y aún no hemos olvidado la tensión original de antaño.
Herejías
Pasemos a ver algunas de las tantas herejías que afectaron a la Iglesia histórica de siglos previos. Podría pensar que sólo existe una que otra gran herejía, pero son muchas, y han ocasionado terrible disensión y guerra por parte de la Iglesia hacia el pueblo judío. A continuación detallo una lista de herejías que surgieron durante los primeros cuatro siglos de la naciente Iglesia. Créalo o no, surgieron muchas más durante años posteriores. Mire la breve descripción a continuación, e intente descubrir cuál es el tema que se repite en cada una de ellas:
    • Adopcionismo - Dios otorgó poderes a Yeshúa, y luego lo adoptó como Hijo.
    • Albigencionismo - Existe la reencarnación y dos dioses: uno bueno y otro malo.
    • Apolinarianismo - La voluntad divina de Yeshúa sobrepasó y sustituyó a su voluntad humana.
    • Arianismo - Yeshúa era un ser creado e inferior.
    • Docetismo - Yeshúa era divino, pero parecía humano.
    • Donatismo - La validez de los sacramentos depende del carácter del ministro.
    • Gnosticismo - Existe un dualismo entre el bien y el mal, y requiere cierto conocimiento especial para ser salvo.
    • Kenosis - Yeshúa se despojó de ciertos atributos divinos mientras estaba en la tierra.
    • Modalismo - Dios es una persona en tres formas.
    • Monarquianismo - Dios es una sola persona.
    • Monofisitismo - Yeshúa tenía una sola naturaleza, la divina.
    • Nestorianismo - Yeshúa era dos personas.
    • Pelagianismo - El ser humano no ha sido afectado por la caída de Adán, y aún puede guardar todas las leyes de Dios.
    • Socinianismo - Niega la Trinidad, porque Yeshúa fue un hombre deificado.
    • Triteísmo - la Trinidad realmente son tres dioses separados.
Ninguna de las enseñanzas anteriores forman parte de la teología normativa cristiana, y por lo tanto, son consideradas como herejías. ¿Pero qué cosas tienen en común? Todas ellas tienen su propia teoría para explicar la naturaleza de Dios. También debaten la pregunta de quién era Yeshúa o Jesús. De hecho, de vez en cuando estas ideas han vuelto a surgir en forma de una nueva secta herejética.

Gnosticismo
Para nuestros propósitos, cubriremos solamente dos de estas principales herejías en mayor detalle. Comenzaremos con el gnosticismo. Sus enseñanzas principales eran las siguientes: Los gnósticos creían que Yeshúa nunca tuvo una naturaleza humana o un cuerpo como el nuestro. No podía tenerlo, porque entendían que la naturaleza humana era malvada. Por lo tanto, nunca hubo un hombre llamado Yeshúa, sino una "teofanía," o manifestación de Dios con aspecto parecido al de un hombre. Era como un fantasma o aparición sin cuerpo verdadero. Todas las variaciones del gnosticismo tienen esta misma idea, y creían que la única manera de conocer la verdad era por medio de ciertos conocimientos secretos. La secta más grande dentro del gnosticismo era el marcianismo. Es difícil creer que la fe cristiana pudiese distanciarse tanto del judaísmo como esta secta, pero el marcianismo arropó gran parte del cristianismo durante los siglos segundo y tercero después de Cristo.

Los que aceptaban el gnosticismo también rechazaron las Escrituras del Antiguo Testamento. Decían que había un Dios "bueno" y un Dios "malo," y que el Dios del Antiguo Testamento era el malo y, por ende, así también los antiguos profetas. El Dios "bueno" iba a destruir a todos esos profetas malvados. De manera extraña, también creían que la astrología era parte del cristianismo y que era una manera aceptable de conocer a Dios. Aunque el Antiguo Testamento no era una forma válida de conocer a Dios, la astrología sí lo era.

Permítame preguntarle: "¿Habría surgido esta herejía si la Iglesia se hubiese permanecido fiel y conectada a su pasado judío, honrando la revelación de Dios según narrada en las Escrituras Hebreas? Yo opino que existen varias razones por las que podemos suponer que el gnosticismo nunca hubiera tomado fuerza si nos hubiésemos permanecido fiel a nuestras raíces hebreas.

En primer lugar, ¿quiénes eran los primeros discípulos? Todos eran creyentes judíos. ¿Cuál era su experiencia con Yeshúa? Habían caminado con Yeshúa, comido con Yeshúa, paseado en bote con Yeshúa. Lo vieron dormir, y le escucharon decir: "Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre" (Mat. 26:29). Nunca surgió un debate entre los hermanos de esa primera Iglesia para ver si Yeshúa era un hombre verdadero o no. Tampoco surgió un debate en el judaísmo de esa época para definir si Yeshúa era un hombre real o no. Se debatió su resurrección, pero no cuestionaban si Yeshúa era un hombre de carne y hueso.

Respecto a la validez de la Tanaj, lo que llamamos el Antiguo Testamento, Yeshúa mismo dijo que no había venido para abrogar la Ley y los Profetas, sino para cumplirlos. En Mateo 5:18, dijo que ni una jota ni una tilde pasaría sin que antes se desapareciere el cielo y la tierra. Si la Iglesia se hubiese mantenido más cerca a sus raíces, la herejía del gnosticismo no hubiese arrasado a los cristianos de esa época con su falsa teología. Por otro lado, la astrología tampoco hubiese sido aceptada como parte de la religión cristiana, ya que el Antiguo Testamento claramente prohíbe que se adore a las estrellas, siendo simples creaciones.

El judaísmo gira en torno a lo que hace y logra el ser humano. Es una perspectiva funcional y práctica. Su meta es santificar al mundo a través de la vida que Dios nos da. No enseña que el mundo es malo, sino que Dios creó al mundo como algo bueno. Es cierto que el judaísmo enseña que existe el bien y el mal, al igual que el cristianismo, pero vivimos en un mundo perverso luego de la caída de Adán y Eva. La creación comenzó bien, pero la mala inclinación del ser humano la dañó. El judaísmo no percibe nada de malo en el mundo físico como tal, y tanto los judíos como los cristianos creemos que Dios va a redimir la naturaleza junto con la humanidad. Nosotros podemos ser usados como parte de ese proceso de redención. De hecho, tenemos la responsabilidad delante de Dios de poner nuestra fe en acción en manera práctica para mejorar el mundo, y no tan sólo vivir una vida espiritual vaga y etérea.

Aunque le pueda parecer que el gnosticismo era una idea curiosa y antigua, no es algo sólo de esa época. Aún existe hoy día en forma de la "Ciencia Cristiana" y el "Movimiento de la Nueva Era." En las áreas de la costa occidental de Estados Unidos, particularmente en Oregón y California, mucha gente trata de combinar la Nueva Era, astrología y ciertas formas del cristianismo. Sus herejías modernas tienen raíz en el gnosticismo antiguo. Aún cuando muchos no mezclan la Nueva Era y la astrología en su teología, lo que es evidentemente erróneo, algunos cristianos sinceros desconocen suficientemente las Escrituras y se dejan llevar más por la "dirección del Espíritu" quien les trae una "nueva revelación" y "dirección personal." Sin embargo, esas ideas nuevas pueden ser peligrosas cuando van en contra de la Biblia. Cuando nuestras creencias no tienen base bíblica, abrimos las puertas a enormes problemas, de lo cual tenemos que tener mucho cuidado.

Arianismo
Pasemos a la próxima gran herejía: el arianismo. Esa teología logró influenciar a la Iglesia durante el segundo siglo de tal forma que casi define la doctrina eclesiástica hasta nuestros días. El arianismo es casi lo opuesto al gnosticismo. Según esa idea, Yeshúa era un ser creado, así como los ángeles. Otras variaciones del arianismo enseñaban que Yeshúa era un hombre común y corriente. Sea como sea, lo que tenían en común era la idea de que Dios es demasiado puro para haber realmente aparecido en la tierra en forma humana. De esa manera, se negaba la deidad de Jesús y establecía que Dios adoptó a Yeshúa como Su hijo, pero era un ser creado o un simple ser humano que vivió rectamente. Enseñaban que todos podemos ser como Yeshúa, ya que fue un humano adoptado por Dios y no realmente divino.
Si la Iglesia se hubiese mantenido cerca de sus raíces hebraicas, nunca hubiésemos tomado esa ruta. Usted se podrá preguntar: ¿Primero me dice que si nos hubiésemos permanecido en nuestras raíces judías, no hubiésemos creído que Yeshúa nunca tuvo un cuerpo humano, como los gnósticos aseveraban. Ahora me dice que no hubiésemos creído como los arianos, que Yeshúa era un mero ser humano. ¿Cómo puede ser de ambas formas?

Le respondo que si nos hubiésemos permanecido cerca de nuestras raíces judías, hubiésemos tenido que luchar con esa tensión, como lo mencioné al principio, y no hubiésemos aceptado siquiera el uno ni el otro. A eso es que se refiere 1 Corintios cuando dice que los judíos ven las cosas de cierta manera, y los griegos de otra. Si no nos hubiésemos alejado de nuestras raíces judías, no hubiésemos aceptado la herejía gnóstica de que Yeshúa no era un hombre verdadero porque nos hubiésemos afirmado del lado de los primeros testigos, quienes lo vieron como verdaderamente humano, no como un simple fantasma. Tampoco hubiésemos caído en el otro extremo del arianismo para decir que Yeshúa era un hombre común y corriente, aunque especial, porque los testigos decían que sólo Dios podía haber perdonado pecados y realizado los milagros como lo hacía Yeshúa. En el Nuevo Testamento, Lucas narra la forma en que un hombre paralítico fue bajado ante Yeshúa desde el techo de una casa. ¿Qué fue lo primero que dijo, según encontramos en Lucas 5:20? Le dijo al paralítico que sus pecados eran perdonados. ¿Qué comentaron los fariseos? Dijeron que sólo Dios podía perdonar pecados, y se preguntaban como un mero "hombre" podía decir lo que dijo Yeshúa? Si nos hubiésemos quedado cerca de nuestras raíces, hubiésemos podido pensar: "Sabemos que es humano, pero si aceptamos que tiene autoridad para perdonar pecados y que realmente tiene capacidad de redimirnos, entonces tiene que ser Dios." Pero nos alejamos de nuestra herencia judía y brincamos los carriles del tren. No luchamos con esa tensión, y nos desbandamos en múltiples direcciones.

Nuevamente usted podrá decir que eso es interesante, pero ¿qué tiene que ver el antiguo arianismo con nuestros días actuales? Pues, esa antigua herejía es muy parecida a la enseñanza de los Mormones y los Testigos de Jehová. Ambos enseñan que Yeshúa era un ser especial, pero creado, y si hacemos las cosas bien, algún día podremos ser como Él y reinar sobre el mundo, tal como Yeshúa reinará sobre el mundo.

Éstas son las herejías de antigüedad que no murieron completamente y recientemente han vuelto a surgir. El viejo dicho, de que "si no conoces la historia, estás destinado a repetirla," es más cierto que nunca. Vivimos en tiempos cuando el conocimiento se multiplica a un ritmo exponencial. Conocemos hoy día tanto acerca de la medicina, la ciencia y la tecnología que ni siquiera nuestros padres se podían imaginar cuánto íbamos a adelantar en una sola generación. Sin embargo, hemos olvidado el conocimiento más básico acerca de las Escrituras y la verdad. Debemos guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones y ser estudiantes de la Palabra para que no caigamos en las "nuevas/antiguas" herejías doctrinales. También le sugiero que estudie la Biblia desde una perspectiva hebrea para que pueda comprender mejor la verdad contenida en ella. Debe ser contextualizada según el idioma, las costumbres y el estilo de vida de los tiempos en que fue escrita. Dios la dio al pueblo judío para codificarla y llevarla al resto del mundo, y así lo hicieron.

Heridas
Ahora quiero hablar de heridas. Algunos pudieran opinar que las heridas que voy a mencionar son simplemente más herejías. No lo niego, pero he escogido llamarlas "heridas" porque cuando usted vea las áreas por dónde nos equivocamos, podrá comprender mejor por qué la Iglesia ha ocasionado tantas heridas.
Quiero comenzar con dos versos bíblicos. Efesios 4:3 dice: "...esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz." Colosenses 3:15 dice: "Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo..."
 
Cuando celebro reuniones cristianas de grupos mixtos, me gusta preguntar, ¿De qué Iglesia es usted?" Es interesante cómo llegan personas de tan diversas denominaciones y tradiciones, lo cual es una cosa maravillosa. Por otro lado, es triste comprender que, por causa de tantas heridas sufridas en el Cuerpo de Cristo, nos hemos distanciado y separado en diversos grupos en múltiples ocasiones. Podría citar muchos versos del Nuevo Testamento que nos exhortan a amarnos los unos a los otros y mantenernos en unidad, pero los cristianos no somos muy buenos en hacer eso. He observado que las heridas sufridas dentro de la Iglesia provienen de dos fuentes. Hay divisiones por causa del liderato o por causa de la teología. Opino que las divisiones por causa de la teología son secundarias, porque muchas de las divisiones por teologías no se darían si la gente no estuviera siguiendo a cierto líder en particular. Un líder dice una cosa, y otro líder dice otra. Como los creyentes creen que ambos no pueden tener la razón, sus seguidores se separan en bandos tras su líder predilecto. Veamos cómo esta tendencia de separación proviene de una mentalidad griega en vez de una hebrea.

Pensamiento Griego:I. Jerarquía y estructura de tipo romanaII. El rey está directamente bajo el mando de DiosIII. Necesidad de resolver lo desconocidoIV. Incorpora costumbres localesV. La verdad divide

Pensamiento Hebraico:I. Sólo Dios es autoridad máximaII. La autoridad del profeta supera la del reyIII. Se deleitan en lo desconocidoIV. Se mantiene aparte de la sociedad gentilV. La verdad es una paradoja

Herida #1: Creación de Estructuras Mundanas
Primeramente, según el pensamiento greco/romano y occidental, la mayor parte de la Iglesia adoptó una estructura jerárquica en imitación de la cultura romana. Según el pensamiento hebreo, sólo Dios es la máxima autoridad. ¿Qué sucede cuando adoptamos una mentalidad griega? ¿Cómo es la estructura eclesiástica? Tomamos las palabras "obispo," "pastor," y "anciano" del Nuevo Testamento y las convertimos en una estructura de autoridad que parece más la estructura del imperio romano. Creamos una jerarquía aparte y superior a los congregantes. De hecho, el emperador Constantino fue el primer emperador en requerir que los obispos vistieran de ropa imperial para que pareciesen como parte de la realeza. Eso nunca hubiese sucedido si la Iglesia se hubiese mantenido en su mentalidad hebrea, donde solamente Dios es la autoridad. Muchos de nosotros pudiésemos pensar: "Gracias a Dios que no soy Católico Romano." Bueno, les quiero traer dos ideas al respecto. En primer lugar, todas las iglesias occidentales han heredado esa tendencia. Por casi 1,500 años, la estructura de la Iglesia Occidental europea fue dirigida por un Papa a manera de Emperador, y los obispos a manera de gobernadores o sub-comandantes bajo el mando del "emperador." Esa es la costumbre que las iglesias occidentales hemos heredado. En segundo lugar, casi toda denominación occidental ha puesto un líder o un grupo como cabeza de la Iglesia, sea un presidente del concilio, o un sínodo o consejo eclesiástico. Hemos cambiado la terminología o el estilo un poco, pero es la misma cadena autoritaria de mando, sea católico o protestante.

¿Cuáles son los resultados? En el pensamiento griego, el rey tiene una conexión directa con Dios. ¿Qué implica eso? Si recuerda la historia romana, ¿cómo se llamaban los emperadores? Ellos se decían ser dioses. En el pensamiento hebraico, eso es una blasfemia. Podemos encontrar ejemplos en la historia hebrea cuando la autoridad del profeta era igual, o sobrepasaba, la autoridad del rey en momentos que hablaba por parte de Dios. Probablemente el mejor ejemplo de eso es el profeta Natán, cuando retó las acciones pecaminosas del rey David respecto a Betsabé (2 Sam. 12). En ningún otro país del antiguo mundo hubiese podido una persona sobrevivir luego de hacer tal crítica contra el rey. Pero en la antigua Israel, hubo una clara comprensión de que la autoridad del profeta era igual o aún mayor que la del rey.

¿Cómo penetró esa estructura de autoridad griega a la Iglesia? Realmente fue una simple transición. Es cierto que ya no tenemos emperadores que actúen como "Dios," pero ¿quién tomó su lugar dentro del liderato cristiano? El ejemplo más claro lo vemos en la estructura de la Iglesia Católica Romana por medio del Papa. A manera interesante, fue tan reciente como en la década de 1850 que se oficializó el concepto de que al Papa hablaba incuestionablemente por parte de Dios. A eso se refiere el término "ex cathedra", que literalmente significa "desde la silla," y lo que pronuncie el Papa tiene mayor autoridad que cualquiera otra persona, concilio o líder. Las denominaciones protestantes también tienen una jerarquía denominacional, sea una persona o un concilio de líderes, que definen la "verdad" para esa iglesia. En contraste, el judaísmo tiene más flexibilidad porque tiene múltiples cabezas que ofrecen sus opiniones respecto a algún asunto controversial. Si fuera a preguntar quién es la cabeza principal dentro del judaísmo hoy día, tendría que contestarle que no existe una sola persona. Aún dentro del moderno estado de Israel, donde existe la posición del Rabino Principal, realmente hay dos. Uno es el Rabino Principal de los Sefardíes, y el otro es el Rabino Principal de los Asquenazíes, y a nadie le parece especialmente extraño. Pienso que está bien que existan diferentes opiniones, porque no todo puede explicarse perfectamente según unas simples fórmulas.

Herida #2: Mi Verdad es la Correcta
Si usted nunca ha leído o estudiado el Talmud, es un comentario que no se lee como nuestros comentarios cristianos comunes. No es un libro acerca de las "reglas del juego." El Talmud es un compendio de interpretaciones rabínicas. Hay un pasaje bíblico en medio de la página, y luego alrededor se escriben comentarios hechos por "tal o cual" rabino de la antigüedad. El segundo rabino puede responder al primero, o el tercero y cuarto pueden ofrecer interpretaciones alternas. El Talmud modernamente consiste de 30 tomos de diversos comentarios rabínicos en diferentes épocas. Los protestantes haríamos algo semejante si tomáramos la Biblia, y escribiéramos en derredor del texto algunos comentarios bautistas, luteranos y pentecostales para que todos pudiesen ver las diversas interpretaciones hechas por los diversos concilios. ¿Y qué hicieron los sabios de la Edad Media? Tomaron esas interpretaciones, las estudiaron y las debatieron nuevamente. Surgieron algunas nuevas perspectivas, y esas interpretaciones tienen casi el mismo respeto que las contenidas en el Talmud.

En nuestras iglesias de mentalidad greco/romana, no podríamos hacer ese tipo de comentario porque cada una cree que tiene la patenta de la verdad. A menudo nos aferramos tan fuertemente a la interpretación de nuestra denominación que nos enfrascamos en una batalla sobre el significado de cierto texto. Yo personalmente opino que algunos pasajes son deliberadamente ofuscos para que los meditemos, los discutamos, oremos al respecto y los analicemos más atentamente antes de aplicarlos a nuestras vidas. Es saludable luchar con el significado de algunas verdades, porque así tendrán mayor impacto sobre nuestra conducta. Sin embargo, los cristianos frecuentemente nos atacamos mutuamente por nuestra versión de la verdad en vez de aprender los unos de los otros, en vez de considerar que podemos manifestar el prisma de la Palabra de Dios en diversas maneras.

Según el pensamiento griego, sentimos la necesidad de resolver lo desconocido en términos absolutos. En nuestra mentalidad occidental, por ejemplo, tenemos que responder a la pregunta: "¿La salvación es predeterminada por Dios o resulta de mi propia decisión?" Típicamente, hemos dicho que si la respuesta de otro no es la misma que la mía, entonces ese está equivocado. Y si el asunto es tan profundo que no lo podemos comprender, nos asustamos y procuramos a alguien que lo pueda comprender y quien nos lo explique. Lo queremos meter todo en una cajita. El judaísmo no funciona así. El judaísmo acepta que exista lo desconocido. Dwight Pryor dice que el judaísmo es "teonómico." El judaísmo enfatiza más lo que uno debe hacer para agradar a Dios en vez de lo que uno debe conocer. El cristianismo es teológico. Necesitamos nuestros libros de teología sistemática. El judaísmo, por su parte, tiene una actitud de "no comprendo, pero no me preocupa." Lo único que le preocupa al judío es cómo debe vivir, y que Dios se encargue de resolver los enigmas. Muchas heridas se pudieron haber evitado si hubiésemos tenido una mentalidad más judía acerca de la verdad, sin preocuparnos tanto por conocer y explicar la verdad. Podríamos aceptar que otras personas crean de una manera distinta a como yo creo, siempre y cuando concordemos en las verdades más básicas de las Escrituras, hagamos las cosas como las tenemos que hacer, y caminemos en fe como Yeshúa nos ordenó.

Herida #3: Sincretismo - Diluyendo la Fe
A medida que la fe cristiana se fue expandiendo a otras culturas, según la mentalidad griega, nos preguntamos "¿qué habrá aquí que nos pueda gustar?" Nos preguntamos si cierta costumbre local la debiéramos adoptar o si la deberíamos aplastar. Luego, la incorporamos a nuestra doctrina y la difundimos como parte del cristianismo. El pensamiento judío no es así. Observe las comunidades judías alrededor del mundo, especialmente las comunidades ortodoxas jasídicas. Los jasídicos no se interesan en averiguar qué pensará un americano, inglés o australiano acerca de sus costumbres o prácticas. No se avergüenzan ni se sienten incómodos por su diferente forma de ser. Ellos creen que han sido llamados por Dios para ser diferentes. No se le ocurriría a un judío preguntarse: "¿Cómo incorporo ésto al judaísmo?" Por el contrario, pensaría: "Aquí también voy a practicar mi fe."

¿Qué tiene que ver ésto con la Iglesia? Pues, cuando Roma era pagana, adoraban las estatuas de emperadores y de distintos dioses, pero cuando se hizo cristiana, ¿qué sucedió? En muchas maneras, simplemente cambiaron las estatuas de los dioses por las de los santos. Si nos hubiésemos mantenido firme en nuestras raíces, nunca tuviésemos esos problemas porque nunca se nos hubiese ocurrido hacer eso. La Biblia dice que no hagamos imágenes para adorarlas, y si hubiésemos mantenido nuestro pensamiento hebraico, hubiéramos destruido esas estatuas en vez de incorporarlas en la Iglesia. Por otro lado, hubiésemos sabido que teníamos que ser diferentes a los demás. Jesús nos dice en el Nuevo Testamento: "[Ustedes] no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo" (Jn. 17:16).

Herida #4: Divide y Conquista
Finalmente, deseo añadir una última cosa, y pienso que es la que más divisiones ha causado en la Iglesia. Según el pensamiento griego, el que no opina igual que yo está mal, y por eso nos tenemos que separar. Examine los asuntos que separan una denominación de otra, y lo verá. Me estoy arriesgando al decir ésto, pero espero que acepte lo que digo en amor.

La Iglesia Protestante se divide simplemente por la manera en que uno ora y practica su fe. Recientemente, creo que ha habido más unidad entre hermanos en cuanto a la práctica y tolerancia de una tradición a la otra, pero aún tenemos muchas reglas que determinan con quiénes podemos compartir y con quiénes no. Las reglas definen la manera en que tenemos que hacer las cosas, y el que no las obedezca, queda excluido. La mentalidad hebrea no diría eso, sino que debatiría las alternativas. Pero tampoco diría que la manera de resolver las relaciones personales con otros es esconder las diferencias. La mejor manera de tratar nuestras diferencias es por medio de un diálogo con las personas que igualmente aman al Señor con todo su corazón, su alma y sus fuerzas. Por otro lado, el judaísmo acepta mucho mejor que la verdad sea paradójica. Creo que esa es una de las cosas maravillosas que está produciendo el regreso de la Iglesia a sus raíces. Una de las razones por las que Dios está trayendo este redescubrimiento de la riqueza en nuestra base judía es que nos ayuda a aceptar lo paradójico de la verdad cuando las cosas no tienen sentido.

El maestro Graham Cook tiene una frase que me gusta mucho: "Cada gran verdad acerca de Dios es una paradoja." Dwight Pryor también dijo: "Si piensas que tienes una buena y sencilla ilustración que totalmente explique la Trinidad, lo más seguro es que estás equivocado." Dios no sería Dios, si no estuviese más allá de lo que podamos conocer y comprender. Eso no significa que no podremos conocer algunas cosas acerca de Dios, que no existen verdades acerca de Dios que sean sencillas y absolutas. Lo que digo es que, por ser cristianos del mundo occidental, nos incomoda en gran manera encontrar algún misterio o paradoja en la Biblia que no podamos explicar. Pero en Dios, es más lo que nunca podremos comprender que lo que podremos comprender, porque Su Palabra refleja Su omnipotencia y omnisciencia, que van más allá de nuestra comprensión. El judaísmo nos hubiera dejado más cómodos al respecto.

El Holocausto
He hablado acerca de algunas herejías y heridas que los cristianos pudimos haber evitado. Ahora hablemos del Holocausto. Cuando usamos la palabra "Holocausto," nos referimos a la casi total aniquilación de los judíos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Los judíos se refieren a este período en hebreo como la "Shoá," que significa "catástrofe" o "calamidad," pero los cristianos y la mayoría de los libros utilizamos la palabra Holocausto. ¿Sabe qué significa realmente un holocausto? En la Biblia este término se refiere a una ofrenda quemada. Realmente no comprendo cómo el pueblo escogido de Dios pudo haber experimentado algo tan terrible como eso. Es una de las verdades que van más allá de nuestro entendimiento. Sólo sé que fue algo terrible. Recientemente, Estados Unidos conmemoró 60 años de haberse involucrado y haber ganado la Guerra contra Hitler. Los norteamericanos se sienten orgullosos de haber ayudado a librar el mundo de ese tirano, y estoy de acuerdo con que celebremos ese evento. Pero tristemente, ese no es el único legado que tenemos como pueblo cristiano.
Los cristianos también fueron los primeros en imponer las prácticas antisemitas de la Alemania Nazi. A pesar de lo que se diga, ellos eran cristianos verdaderos, pero estaban muy equivocados. Cierto es que fueron los cristianos quienes primero obligaron a los judíos a usar la estrella amarilla para su identificación. Fueron los cristianos quienes inventaron los ghettos y los obligaron a vivir todos juntos en una área restringida. Fueron los cristianos quienes primero confiscaron la propiedad judía e impusieron reglas para que no pudiesen poseer propiedad ni ejercer ciertas profesiones. Fueron los cristianos quienes llevaron la delantera en prohibir el casamiento entre cristianos y judíos. Muchas de esas prácticas se habían implantado previamente bajo la sombrilla de la Iglesia Católica Romana. Pero igualmente, también se frecuentó la persecución de los judíos bajo la influencia de la Iglesia Protestante. Si usted es un cristiano occidental, esa historia también es parte suya.

Un líder protestante conocido, Martín Lutero, tenía una extraña combinación de creencias. Al principio de su vida, escribió muy bien acerca de los judíos. Dijo que dada la manera en que los cristianos se presentaban ante los judíos, si fuera él un judío, hubiese preferido ser un cerdo que un cristiano. De hecho, se burlaban de Lutero cuando, en su juventud, estudiaba los escritos de los eruditos y maestros judíos para conocer mejor el Antiguo Testamento. Desafortunadamente, con el paso del tiempo, las ideas de Lutero no eran tan buenas, y escribió un terrible libro titulado Sobre los Judíos y sus Mentiras, que luego fue estudiado por un hombre que escribió otro libro: Mein Kampf. Ese hombre fue Adolfo Hitler.

Para nuestra vergüenza, Lutero también creyó en el derecho divino de los reyes. Si recuerda lo que dije previamente acerca del pensamiento occidental, el rey es la línea directa de Dios con el ser humano. Lutero escribió un tratado titulado Contra el Robo y Asesinato de los Campesinos. No estaba en contra de robar y asesinar a los campesinos, sino que estaba en contra de los campesinos de por sí. Decía que los reyes tenían el derecho de determinar la vida y el futuro de los pobres campesinos. Ese pensamiento se hizo muy popular en la Europa central. Varias dictaduras se ampararon bajo este concepto, y ayudó para que los gobernantes fuesen aceptados por el pueblo común, incluyendo los alemanes en tiempos de la dictadura Nazi. Después de todo, si el gobierno ordena algo, tenemos que obedecerlo. Podría añadir a lo anterior otros ejemplos tristes de nuestro legado europeo "cristiano", pero basta con el ejemplo de nuestra aportación en el Holocausto.
Se cita comúnmente un dicho de Martin Neimoller que dice: "Vinieron por los comunistas, pero no objeté porque no era comunista. Vinieron por los socialistas, y no objeté porque no era socialista. Vinieron por los líderes laborales, y no objeté por que no era líder laboral. Vinieron por los judíos, y no objeté porque no era judío. Entonces vinieron por mí, y ya no quedaba nadie quien pudiera objetar."

En este estudio, hemos comentado sobre el cristianismo durante los siglos segundo y tercero, y luego brincamos al siglo pasado. Al adelantarnos 60 años después la Segunda Guerra Mundial, llegamos al día presente. ¿Cómo se relaciona todo eso con nosotros, seamos judío o cristiano?

Es un hecho de que han habido más mártires cristianos durante los pasados 100 años que durante la suma de todos los siglos anteriores. Sólo en Sudán, más de dos millones de cristianos han sido asesinados o vendidos como esclavos por causa de la Ley Sharia islámica. Tarde o temprano, mientras usted va relacionándose amistosamente con la comunidad judía, le preguntarán: "¿Cómo es que los cristianos se interesan en los judíos alrededor del mundo, ayudan a los judíos escapar de la pobreza y la persecución en la antigua Unión Soviética, pero no se preocupan en lo absoluto por sus hermanos y hermanas cristianas que son raptados y vendidos a la esclavitud en otras partes del mundo?" Para mí, ambas cosas son parte de lo mismo. No creo que podamos sentir compasión del uno si no sentimos compasión del otro. Los israelíes se preguntaban eso mismo cuando declararon la guerra contra el Líbano en 1982 para ayudar a los cristianos que estaban bajo el yugo de los terroristas de la Organización para la Liberación de Palestina. Los cristianos no hicieron nada para ayudarles, porque decían: "Ellos no son verdaderos cristianos, sino simplemente cristianos de tradición." ¡Allí está nuevamente ese pensamiento griego! Estamos pensando de esta manera: "Ellos no son mi clase de cristiano, no son como yo." Por otro lado, los judíos ayudan a otros judíos, aunque sean diferentes, simplemente por ser judíos. Son de la misma familia.

¿Los cristianos y los judíos está sufriendo persecución solamente en un lugar del mundo? No, justamente en el pasado mayo, un cristiano pakistaní fue atacado y muerto por un policía en Pakistán simplemente por ser cristiano. Lo acusaron de compartir el evangelio con alguien. En agosto, varias iglesias en Irak sufrieron ataques. La persecución continúa en este preciso momento. Pero la mayoría de los cristianos no hicieron nada para ayudar a los judíos durante el Holocausto, y hoy día hacemos muy poco para ayudar a los cristianos alrededor del mundo porque no son de nuestra denominación.

¿Qué Significa ésto para Nosotros?
Para cerrar, volvamos a la parábola de los dos hermanos con la que comenzamos este estudio. Creo que dos cosas maravillosas están ocurriendo. Dentro de la Iglesia, muchos estamos despertando a la realidad de que el hermano menor, que se casó con la hija del dictador, lleva una lucha de 2,000 años contra su hermano mayor por haberle golpeado en la nariz cuando era chiquito. No sólo hemos continuado golpeándolo en la nariz por tantos años, sino que hemos hecho cosas mucho más terribles que eso. Al convertirnos en su enemigo, hemos olvidado nuestra historia y nuestra familia. Hemos olvidado nuestras celebraciones familiares, las enseñanzas, las ilustraciones y las historias de nuestros abuelos y abuelas. Somos parte de esa familia por haber sido injertados en el olivo (Rom. 11). Pero hemos simplificado las Sagradas Escrituras, desaprovechando casi dos terceras partes de lo que nos pudiera ser de enorme bendición. No obstante, algo muy bueno y maravilloso está ocurriendo. Dios está tocando nuestros corazones para que redescubramos a nuestra familia extendida y hagamos las paces con ellos.

Una segunda cosa está ocurriendo. Muchos líderes sabios y maravillosos en las familias de ambos hermanos se están dando cuenta que tenemos más semejanzas que diferencias. No estoy implicando que debemos olvidar las diferencias, porque todavía son importantes. En mi familia natural, tengo muchos primos. Son diferentes a mí en muchas maneras, y algunas de ellas son importantes. Pero todavía son mis primos. Si usted es un gentil cristiano, el pueblo y la nación de Israel son sus hermanos y primos. Tenga por seguro que la persecución que está por venir no será solamente contra uno de los hermanos. A medida que crezca la maldad y la persecución, los cristianos y los judíos seremos vistos como una sola cosa: como el "Pueblo del Libro," según el Corán. A las fuerzas malignas no les importa si nos llevamos bien con nuestros primos o no. En la literatura palestina encontrará la frase: "primero el pueblo del sábado, y luego el pueblo del domingo." La fuerza fanática islamista no se va a contentar con simplemente perseguir a uno de los hermanos. Nos ven como familia, aún si nosotros lo hayamos olvidado. Es esencial que nos apoyemos mutuamente, que defendamos nuestros hermanos y hermanas cristianos y judíos cuando son perseguidos.

Visité Israel por primera vez cuando era estudiante universitario en 1974. En ese momento aprendí a conocer y amar la tierra y el pueblo de Israel. Sucedió que también había un pastor de Rumania que recientemente fue liberado de la cárcel y se encontraba en Israel. Era una persona muy interesante, pero también era judío. Estaba recién comenzando un pequeño ministerio. Su nombre era Richard Wurmbrand, y el ministerio que comenzaba era la Voz de los Mártires. Tuve el privilegio de conocerlo y escucharle hablar. Para mí, en mi experiencia personal, el amor por Israel y la Iglesia perseguida van de la mano porque los conocí a la misma vez. Esa es mi esperanza y oración por cada uno de ustedes, que su amor hacia nuestros hermanos y primos cristianos y judíos sea profundizado, y recuerde que somos una misma familia. Los cristianos somos los hijos adoptados de Dios, y debemos mirar al pueblo judío del Pacto con gozo y respeto, reconociendo que es un honor ser parte de su familia. No nos engañemos a nosotros mismos. Las fuerzas malignas que se levantan contra ellos también vendrán por nosotros, tanto los descendientes del hijo menor como del mayor.

Quisiera cerrar con una nota menos negativa, recordándole que hay tres cosas que podemos hacer. Primero, podemos aprender de nuestro pasado. Segundo, podemos actuar. Hay cosas que podemos hacer para alcanzar a los descendientes del hermano mayor. Podemos apoyarles, reconocer que hemos sido injertados en su familia, redescubrir nuestra herencia, procurar las antiguas historias familiares, comprender de qué se tratan las fiestas, y hallar gran gozo en todo eso. Y tercero, podemos orar el uno por el otro, porque Dios siempre escucha a Sus hijos y nos contesta.

Por Jim Solberg,

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en todo este mensaje, que mas que mensaje es una llamada de atención a nuestros pensamientos y nuestro arraigo grecoromano, es fácil decir si tuvieramos la mentalidad hebrea estaríamos mejor, pero la verdad que solo creyendo y dejando ser renovados por la palabra de Di-s ESCRITA EN LA BIBLIA,y llenos del poder del Espiritu Santo/Ruaj hakodesh, obtendremos la mente del mesias Yeshua, el fué y será siempre judio.
    Si creemos en El y amamos lo que amó entonces podremos vivir mejor y seremos de bendición para otros.

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  2. Muchas bendiciones anónimo, gracias por participar con nosotros, esperamos que nuestras enseñanzas sean de edificación para su vida, shalom alecheim!

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