Observé la boda del Príncipe William a Catherine Middleton por televisión el mes pasado, junto con un billón de otras personas alrededor del mundo. Fue maravilloso ver cómo Dios ocupó un lugar tan céntrico en esa espléndida boda. En el momento crucial de la ceremonia, escuché cómo William y Catherine respondieron con "Sí, lo prometo," asegurando guardar las estipulaciones de su contrato matrimonial, y luego fueron pronunciados marido y mujer. Oramos para que sean felices y que el compromiso de su pacto dure toda la vida "hasta que la muerte los separe." Gracias a Dios, como la mitad de todos los matrimonios hoy día duran toda la vida, pero la otra mitad termina en divorcio. Parece que muchas personas actualmente tienen problemas en cumplir su parte del compromiso. Su juramento de "Sí, lo prometo" no es para siempre.
¿Cuán a menudo se ha sentido usted defraudado por alguien que le prometió algo y luego no lo cumplió? Hace sólo varios años, un negocio comercial se acordaba con un simple apretón de manos. Hoy día, los acuerdos se hacen con largos y detallados contratos legales. Parece que la integridad ha ido desapareciendo, y ya no confiamos en que otro pueda guardar su palabra.
Compromiso de Dios en la Pascua
La Pascua, que usualmente se celebra en abril, es un recordatorio de cómo Dios redimió al pueblo judío de la esclavitud. Cuando se relata la historia, se lee el siguiente texto bíblico: "Por tanto, dile a los Israelitas: 'Yo soy el SEÑOR, y los sacaré de debajo de las cargas de los Egipcios. Los libraré de su esclavitud, y los redimiré con brazo extendido y con grandes juicios. Los tomaré a ustedes por pueblo Mío, y Yo seré su Dios. Sabrán que Yo soy el SEÑOR su Dios, que los sacó de debajo de las cargas de los Egipcios. Los traeré a la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, y se la daré a ustedes por heredad. Yo soy el SEÑOR'" (Éxodo 6:6-8, énfasis añadido). En el anterior corto pasaje, el YO SOY promete hacer siete cosas. Éste es un asombroso compromiso de Dios por bendecir a los hijos de Israel.
Desde la pasada Pascua, he estado pensando respecto a la seriedad del compromiso de Dios cuando prometió hacer tales cosas. En este estudio, quiero que miremos el carácter de Dios y cómo evidencia la fidelidad a Sus hijos de generación en generación. Oro para que su fe y confianza en Dios sean renovadas, ya que todos dependemos de ello para poder triunfar durante estos momentos tan difíciles.
La Integridad de Dios
Dios no cambia. Las Escrituras dicen que siempre permanece fiel. Nos animan vez tras vez a reconocer que Dios siempre cumple lo que promete.
"Aun desde la eternidad, Yo soy, y no hay quien libre de Mi mano. Yo actúo, ¿y quién lo revocará?" (Isaías 43:13). "...Porque Yo soy Dios, y no hay otro; Yo soy Dios, y no hay ninguno como Yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: 'Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré,'...En verdad he hablado, y ciertamente haré que suceda; Lo he planeado, así lo haré" (Isaías 46:9-11). "Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre, para que se arrepienta. ¿Lo ha dicho El, y no lo hará? ¿Ha hablado, y no lo cumplirá?" (Números 23:19). "'Porque Yo, el SEÑOR, hablaré, y toda palabra que diga se cumplirá. No se demorará más, sino que en sus días, oh casa rebelde, hablaré la palabra y la cumpliré,' declara el Señor DIOS" (Ezequiel 12:25). "Y las naciones que quedan a su alrededor sabrán que Yo, el SEÑOR, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado. Yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré" (Ezequiel 36:36). En la Biblia encontramos cientos de ejemplos en que Dios dice "Yo prometo." Los he estado leyendo sistemáticamente, y he visto que cuando Dios promete hacer algo, debemos prestar atención. Usualmente es un momento especial, o se trata de un héroe bíblico específico, o es una advertencia de juicio venidero.
Al iniciar este estudio, me fijé que Israel siempre toma lugar central en estas promesas de Dios. Muchas tienen que ver con Su pacto, la dispersión del pueblo entre las naciones y su eventual retorno a la tierra de Israel y a Dios. Mientras leía la historia del amor de Dios a Su pueblo, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, me entusiasmaba ver que las promesas de Dios se cumplen claramente ante nuestros ojos hoy día. Quiero gritar a las naciones. Quiero decirles: "¿No pueden ver que Dios cumple Su palabra? Por favor, ¡teman a Dios! Él evidencia Su integridad y carácter al mundo. Dios demuestra que guarda Sus pactos aún cuando nosotros no seamos fieles a nuestra palabra."
¿Qué es un Pacto?
Los diccionarios definen un pacto como: una obligación legal, una disposición legal, o un acuerdo, usualmente formal, entre dos o más personas. La palabra hebrea es brit, y mi diccionario moderno en hebreo la define como un pacto o tratado. Uno de los usos más comunes de esa palabra es el término brit milá, o circuncisión. Los varones judíos generalmente se circuncidan a los ocho días de nacido, y con esa ceremonia se unen al pacto entre el pueblo judío y Dios. "Este es Mi pacto con ustedes y tu descendencia después de ti y que ustedes guardarán: Todo varón de entre ustedes será circuncidado. Serán circuncidados en la carne de su prepucio, y esto será la señal de Mi pacto con ustedes" (Génesis 17:10-11). (A veces se pueden circuncidar hombres adultos, o conversos al judaísmo, pero eso no es muy común.) Como vemos, Dios requiere sangre y dolor para forjar ese pacto, y lo toma muy seriamente.
La palabra pacto se encuentra 300 veces en la Biblia, y 190 de ellas se refiere a la relación entre Dios y el ser humano: 146 son entre Dios e Israel, 18 entre Dios y algún individuo (aparte de Abraham, Isaac y Jacob), 11 respecto a la naturaleza, y una vez a los que quebrantan el pacto. También encontramos 14 referencias en el "Nuevo Testamento" sobre el nuevo pacto como pacto de sangre. Cuarenta y tres veces se menciona el Arca del Pacto, la caja que contenía las tablas de los Diez Mandamientos, o el pacto escrito. La Biblia es descrita catorce veces como el libro del pacto. De esa manera, la palabra pacto se refiere a la relación entre Dios y el hombre, y la mayoría de las veces entre Dios e Israel. Las restantes veces se usa para hablar respecto a las naciones, los líderes, las familias, las amistades, el Anticristo, objetos diversos, uno mismo y una vez a la esposa.
Principales Pactos de Dios con el Ser Humano
* EL PACTO CON NOÉ fue un pacto incondicional, descrito en Génesis 9:1-18. Hoy día recordamos Su promesa de nunca volver a destruir la tierra con agua al ver el arco iris.
* EL PACTO CON ABRAHAM fue otro pacto incondicional, encontrado en Génesis 12:14, 13:14-17, 15:1-7 y 17:1-8.
* EL PACTO CON MOISÉS y el pueblo de Israel fue un pacto condicional, mencionado en Éxodo capítulos 20 al 31.
* EL PACTO CON DAVID se encuentra en 2 Samuel 7:4-16 y 1 Crónicas 17:3-15.
* El NUEVO PACTO se menciona por primera vez en Jeremías 31:31-40. Ese es un nuevo pacto con Israel, en contraste con el anterior Pacto Mosaico, el cual "quebraron" (Jer. 31:32). Los cristianos ahora podemos ser incluidos en el Nuevo Pacto como regalo de gracia por nuestro salvador Yeshúa (Jesús).
Pacto Abrahámico
Dios entró en relación con Abraham por medio de un pacto. Ese pacto era diferente a la mayoría. Usualmente un pacto es un contrato mutuo entre dos partes. El pacto con Abraham no fue así. Durante la ceremonia, Dios adormeció a Abraham y caminó solo entre los animales sacrificados. Al adormecer a Abraham, pienso que Dios declaraba que el pacto sólo era por voluntad de Dios. Denominamos eso como un pacto incondicional. No confunda el pacto que Dios hizo luego con Moisés, que ciertamente tenía algunas condiciones. Dios hizo un compromiso con Abraham: "Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. En ti serán benditas todas las familias de la tierra" (Génesis 12:2-3).
Dios Repetidamente Confirma ese Pacto
CON ISAAC: "Reside en esta tierra y Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y confirmaré contigo el juramento que juré a tu padre Abraham. Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra" (Génesis 26:3-4).
CON JACOB: "La tierra que les di a Abraham y a Isaac, te la daré a ti y a tu descendencia después de ti" (Génesis 35:12). Dios también prometió recordar Su pacto luego de un futuro tiempo de castigo y dispersión: "Entonces Me acordaré de Mi pacto con Jacob, Me acordaré también de Mi pacto con Isaac y de Mi pacto con Abraham, y Me acordaré de la tierra" (Levítico 26:42).
EN TIEMPOS DE JOSUÉ: "El ángel del SEÑOR subió de Gilgal a Boquim y dijo a los Israelitas: "Yo los saqué a ustedes de Egipto y los conduje a la tierra que había prometido a sus padres y les dije: 'Jamás quebrantaré Mi pacto con ustedes'" (Jueces 2:1).
Los pactos de Dios, además de la integridad a Sus promesas y Su voluntad, son inquebrantables. Los guardará aún si los hijos de Israel fuesen infieles. Vemos eso claramente en el libro de Ezequiel cuando Dios dice que traerá a los hijos de Israel de regreso a su tierra a pesar de que profanaron Su nombre entre las naciones. Dios dice que lo hará por Su santo nombre. Según el pensamiento hebraico, eso significa que lo hará por Su propia integridad y carácter.
Israel es Su Esposa
Mientras crecía bajo el ministerio de mi padre Dr. David Allen Lewis, a menudo escuché sus referencias a Israel como la esposa de Dios. (La Iglesia también a veces se conoce como la esposa de Cristo o el Mesías). El profeta Jeremías se refirió a Dios como el esposo de Israel cuando dijo: "…no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, Mi pacto que ellos rompieron, aunque fui un esposo para ellos," declara el SEÑOR" (Jeremías 31:32). En otra ocasión, Israel fue comparado con una esposa que se aparta de su marido: "Ciertamente, como una mujer se aparta en rebeldía de su amado, Así ustedes han obrado en rebeldía conmigo, Oh casa de Israel," declara el SEÑOR" (Jeremías 3:20). "'Vuelvan, hijos infieles,' declara el SEÑOR, 'porque Yo soy su dueño, y los tomaré, uno de cada ciudad y dos de cada familia, y los llevaré a Sion. Entonces les daré pastores según Mi corazón, que los apacienten con conocimiento y con inteligencia'" (Jeremías 3:14-15).
La relación "matrimonial" entre Dios y Su esposa, Israel, era a menudo muy tensa. El profeta Oseas ilustra esa relación matrimonial entre Dios e Israel. En el libro de Oseas, uno de los Profetas Menores, Dios le asigna la dolorosa encomienda de casarse con una prostituta. En obediencia, Oseas se casa con Gomer. Ella evidencia su infidelidad, lo rechaza y se va con otro. Como podría esperarse, el corazón de Oseas queda destrozado. Se podría justificar un divorcio, pero Oseas, bajo dirección de Dios, busca a su infiel esposa y la atrae de nuevo a sí. La relación entre Oseas y Gomer es un ejemplo humano de la relación entre Dios e Israel. Dios se casó con Israel, pero ella le fue infiel. Dios la echó de su tierra y la envió al exilio entre las naciones del mundo. Estaba enojado y herido, pero finalmente, debido a Su compromiso con Su esposa, le dice que la ama y anuncia que la restaurará en matrimonio. "Yo sanaré su apostasía, los amaré generosamente, pues Mi ira se ha apartado de ellos. Seré como rocío para Israel; florecerá como lirio, y extenderá sus raíces como los cedros del Líbano" (Oseas 14:4-5).
Dios aclara en Malaquías que odia el divorcio (Malaquías 2:16). ¿Podrá un Dios que no miente y guarda Sus promesas divorciarse de Su esposa? Creo que no. Igual será con la Iglesia. Tenemos una posición semejantemente gloriosa.
¿Cómo Podremos estar Seguros de que Dios sea Fiel?
Esa es una pregunta muy razonable. Ya que vemos tanta infidelidad alrededor de nosotros, a muchos se les hace difícil confiar en las promesas de Dios. Pero cuando veamos las cosas que Dios ha hecho por Su pueblo Israel, podemos concluir que ha guardado Su palabra. Recuerde, ¡Dios dijo que no podía mentir! Y aunque no todas las promesas de Dios son buenas, cuando dijo que castigaría a Su pueblo, lo hizo como un padre que castiga a su hijo.
Israel Fue Dispersado
Deuteronomio 28 describe las condiciones del Pacto Mosaico. Estoy segura que usted recuerda todas las oportunidades que Dios le dio a los hijos de Israel de escoger entre las bendiciones o las maldiciones. Si el pueblo obedecía al Señor, podía esperar maravillosas bendiciones (Deut. 28:1-14). Pero si no obedecía los mandamientos y los estatutos, podía esperar maldiciones (Deut. 28:15-68). Entre muchas maldiciones horribles estaba la de ser dispersado entre las naciones. "Además, el SEÑOR te dispersará entre todos los pueblos de un extremo de la tierra hasta el otro extremo de la tierra; y allí servirás a otros dioses...Y entre esas naciones no hallarás descanso, ni habrá reposo para la planta de tu pie..." (v. 64-65).
Trágicamente, los hijos de Israel no permanecieron fieles al Pacto Mosaico. Los profetas dieron muchas advertencias, pero no escucharon. Adoraron a otros dioses, y hasta sacrificaron sus niños a falsos dioses. Eventualmente, se colmó la paciencia de Dios y les envió las maldiciones de Deuteronomio 28. Es fácil documentar el hecho de que el pueblo judío fue dispersado por todo el mundo; y en la mayoría de los lugares, nunca halló reposo. Recuerdo la película del Violinista en el Tejado, en que Tevye, su familia y toda la comunidad de Anatevka fueron expulsados con sólo tres días de notificación. Desearía que eso fuera un mero cuento, pero no lo es. El pueblo judío ha sufrido persecuciones a grado insoportable. Fueron dispersados de su tierra, pero aún así nunca fueron totalmente abandonados por Dios.
La Tierra fue Desolada
Una de las consecuencias del juicio de Dios fue que la tierra de Israel, la herencia de Abraham, Isaac, Jacob y sus descendientes, sería desolada. "'Y convertiré la tierra en desolación, por cuanto han cometido infidelidad,' declara el Señor DIOS" (Ezequiel 15:8). "Convertiré la tierra en desolación y en soledad, y cesará el orgullo de su poder; los montes de Israel serán desolados, y nadie pasará por ellos. Y sabrán que Yo soy el SEÑOR, cuando Yo convierta la tierra en desolación y en soledad por todas las abominaciones que han cometido" (Ezequiel 33:28-29).
Eso también ocurrió de manera literal, y es históricamente verificable. Muchos visitantes a la tierra escribieron sobre sus experiencias, y tenemos gran número de esos libros en nuestra biblioteca en memoria de David Allen Lewis en Jerusalén. También puede buscar el Estudio de Israel titulado Viviendo el Libro de Ezequiel (mayo 2011) para leer algunos de esos comentarios.
El Pueblo Judío Regresó a su Tierra en Aliyá
Los profetas proclamaron que Dios se recordaría de Su pacto y los traería de regreso a su propia tierra. Hemos hablado frecuentemente sobre el milagroso regreso del pueblo judío a su tierra ancestral, pero no podemos dejar de mencionar ese retorno como ejemplo de lo que Dios hace en cumplimiento de Su palabra. Millones han regresado desde sobre 100 naciones del mundo. "'Porque, vienen días,' declara el SEÑOR, 'cuando restauraré el bienestar de Mi pueblo, Israel y Judá.' El SEÑOR dice: 'También los haré volver a la tierra que di a sus padres y la poseerán'" (Jeremías 30:3).
Ezequiel 36 - 37
A menudo he enseñado sobre los planes de Dios para Israel hallados en Ezequiel 36-37. Es muy interesante que esos dos capítulos tienen una alta concentración de expresiones "Yo prometo": ¡36 veces! Dios aclaró que la tierra quedó desolada y que el pueblo fue exiliado por cuenta de su idolatría y pecado. Pero principalmente, ese pasaje es uno de futura esperanza. Dios, como fiel marido, promete que, aunque su esposa fue infiel y Su nombre fue profanado entre las naciones, ella sería restaurada. Él dice que la restaurará por causa de Su integridad. "No es por ustedes, casa de Israel, que voy a actuar, sino por Mi santo nombre..." (Ezequiel 36:22). Dios es fiel, aunque Su amada no lo es. Después continúa declarando una serie de promesas maravillosas. Sabemos que el resto de esas cosas también se cumplirán, porque Dios es fiel a Su pacto y a Su palabra.
"Porque los tomaré de las naciones, los recogeré de todas las tierras y los llevaré a su propia tierra. Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré. Además, les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Pondré dentro de ustedes Mi espíritu y haré que anden en Mis estatutos, y que cumplan cuidadosamente Mis ordenanzas. Habitarán en la tierra que di a sus padres; y ustedes serán Mi pueblo y Yo seré su Dios. Los libraré de todas sus inmundicias; llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no traeré hambre sobre ustedes. Y multiplicaré el fruto de los árboles y el producto del campo, para que no reciban más el oprobio del hambre entre las naciones" (Ezequiel 36:24-30).
En el capítulo 37 encontramos la visión de los Huesos Secos. ¡La resurrección de la nación de Israel se ilustra como esos huesos secos que resucitan a nueva vida! "Entonces El me dijo: 'Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos dicen: "Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos." Por tanto, profetiza, y diles: 'Así dice el Señor DIOS: "Voy a abrir sus sepulcros y los haré subir de sus sepulcros, pueblo Mío, y los llevaré a la tierra de Israel. Y sabrán que Yo soy el SEÑOR, cuando abra sus sepulcros y los haga subir a ustedes de sus sepulcros, pueblo Mío. Pondré Mi Espíritu en ustedes, y vivirán, y los estableceré en su tierra. Entonces sabrán que Yo, el SEÑOR, he hablado y lo he hecho," declara el SEÑOR.'" (Ezequiel 37:11-14).
Qué promesas maravillosas sobre redención, perdón, restauración, salud y prosperidad. Mi oración es que para usted sea animado a confiar que Dios es capaz de cumplir Sus promesas en su vida. Cuando Dios dice algo, ¡lo cumple! ¡Él nunca miente!
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