Sería imposible contar las veces que hemos leído este texto bíblico, viéndolo como un maravilloso ejemplo de fe en Yeshúa (Jesús) y una evidencia de la autoridad del Hijo del Hombre sobre todo dominio, enfermedad, ley natural y tradición. Pero lo habremos dejado allí. Al igual que con muchos otros milagros de Yeshúa, podríamos encontrar una riqueza de enseñanza, revelación, asombro y autoridad en este pasaje si nos sumergimos un poco más bajo la superficie. Para poder captar más sobre el relato, nos sería beneficioso conocer el trasfondo del citado milagro.
Trasfondo
Cuando la mujer tocó el borde del manto de Yeshúa, ¿lo vería meramente como un punto de contacto entre ella y Dios, o estaba conciente de que realmente tocaría la autoridad divina? ¿Qué representaba el borde de la vestimenta de Yeshúa para ella?
La Vestimenta - Un Talit
Según Harper’s Encyclopedia of Bible Life [Enciclopedia de la Vida Bíblica de Harper], los hombres durante tiempos de Yeshúa usaban cuatro piezas de vestimenta:
- La túnica o jaluk – un vestido largo y algo suelto, hecho de lino o lana, que cubría el cuerpo, los brazos y las piernas
- El manto o talit – una pieza cuadrada de tela fina sin costura, usada sobre la túnica, que llevaba unos flecos o una borla en las cuatro esquinas
- Cubierta de cabeza – posiblemente un turbante, o un paño que cubría la cabeza, además del posterior del cuello y los hombros
- Sandalias
Durante los días de Yeshúa, los hombres usaban el talit siempre que salían de la casa. La pieza cubría desde los hombros hasta los pies, y servía como protección de los elementos. En cada esquina amarraban un fleco o tzi-tzit, en obediencia al mandamiento bíblico en el libro de Números.
Según leímos en el pasaje anterior de Marcos, la mujer quería tocar sólo el vestido de Yeshúa, pero según el relato de Mateo, ella quiso tocar la franja o el borde de Su vestido. (Vea Mateo 9:20 y Lucas 8:44.) La palabra “franja” o “borde” en el Nuevo Testamento es una traducción del griego kraspedon. Según la concordancia Strong, la palabra #2899 de kraspedon se deriva de la palabra “margen,” refiriéndose específicamente a un fleco o una borla.
Para comprender la historia y el significado del talit, veamos el contexto bíblico: “También habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles que se hagan flecos en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones, y que pongan en el fleco de cada borde un cordón azul. Y os servirá el fleco, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos del SEÑOR, a fin de que los cumpláis y no sigáis vuestro corazón ni vuestros ojos, tras los cuales os habéis prostituido, para que os acordéis de cumplir todos mis mandamientos y seáis santos a vuestro Dios. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios” (Núm. 15:37-41). “Te harás borlas en las cuatro puntas del manto con que te cubras” (Deut. 22:12).
Para el judío, cada letra en hebreo tiene un valor numérico, y por ende, cada palabra también lo tiene. Por ejemplo, el nombre impronunciable de Dios, YHVH, tiene un valor de 26. De esa manera, según el estilo de amarre sefardí del tzi-tzit, el valor del Nombre Sagrado puede representarse en cuatro grupos de nudos de 10+5+6+5, separados y encerrados por 5 nudos dobles. El estilo asquenazí utiliza una fórmula de 7+8+11 para representar uno de los nombres del Señor. Como la palabra en hebreo para “uno”, ejad, tiene el valor de 13, la frase entera “El Señor Uno es” suma a 39.
Un segundo detalle sobre los tzi-tziot (en plural) es el hecho de que los cuatro flecos juntos simbolizan las 613 leyes mosaicas: 365 prohibiciones (mandatos negativos) y 248 afirmaciones (mandatos positivos). ¿Cómo lo hacen? El valor numérico de tzi-tzit es 600, y si se añaden los 8 hilos que componen cada uno, más los 5 nudos dobles que separan y encierran cada grupo de nudos, eso suma a 613. Cada fleco consiste de 7 hilos, el número de la perfección, rodeados por un hilo azul, que representa la realeza o el Señor del cielo, quien observa cada cosa que hacemos.
¿Por qué se presta tanta atención y detalle al amarre de esos flecos? El Dr. Douglas A. Wheeler, en su artículo titulado “La Ley del Fleco” publicado en la revista Restore! (vol. 3/32), sugiere que el fleco no sólo recuerda a los judíos sobre obedecer los mandamientos, sino que también les recuerda que no deben vivir según su propio conocimiento e inteligencia. Uno debe vivir dependiente de Dios, y no independientemente. El tipo de vida que Dios quería que vivieran los israelitas no era una mera obediencia, sino también una vida de confianza y fe en Él, una vida envuelta y atada al Señor.
¡Qué maravillosas lecciones podemos aprender de los flecos de un manto de oración! Así debemos vivir – con fe, recordando a Dios y amarrados a Él.
Tomando el Manto de la Humildad
La Biblia nunca detalló el largo requerido de los tzi-tzitot, pero durante los tiempos de Yeshúa, algunos fariseos los usaban más largos de lo acostumbrado para dar la impresión de mayor piedad. Leemos las palabras de Yeshúa al respecto en Mateo 23:5. “…sino que hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres; pues ensanchan sus filacterias y alargan los flecos de sus mantos.” En esos días, las características de los flecos reflejaban el nivel social, y debieron haber tenido el efecto opuesto al uso intencionado. Cuán triste era que Yeshúa tuviese que señalar su conducta orgullosa, la que se apartaba de las instrucciones de Dios respecto al tzi-tzit. “De modo que haced y observad todo lo que os digan; pero no hagáis conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen” (Mat. 23:3).
Dios quería que los fariseos vivieran en obediencia, depositando su fe y confianza en Él. Asegurémonos de no caer en la misma trampa. El deseo de nuestro corazón debe ser obedecer los mandamientos de Dios por amor, con completa convicción y humildad.
Representando la Autoridad
En la Palabra de Dios vemos otras instancias en que el tzi-tzit simbolizaba la autoridad. Por ejemplo, leemos en Rut 3:9 lo siguiente: “Y él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Soy Rut, tu sierva. Extiende, pues, tu manto sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.” La palabra hebrea kanaf frecuentemente se traduce al español como “ala,” pero también es indicativo de esquina o borde de un manto.
En el Salmo 91:1 y 4, leemos que “El que habita al abrigo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente…Con sus plumas te cubre, y bajo sus alas hallas refugio…” Aquí la palabra hebrea de kanaf se traduce como “alas.” ¡Qué lugar tan predilecto es estar bajo la autoridad de Dios, un lugar de seguridad e intimidad!
En 1 Samuel 24:1-22 leemos la historia de la persecución del rey Saúl contra David. Le habían dicho a Saúl que David se hallaba en el desierto de Ein Gedi, y Saúl salió para allá con 3,000 guerreros selectos. Mientras David y sus hombres se escondían en una cueva, Saúl entró sin saber que estaban allí. Los hombres de David le dijeron: “Mira, este es el día del que te habló el SEÑOR: "He aquí, voy a entregar a tu enemigo en tu mano, y harás con él como bien te parezca" (v.4). Pero David sólo cortó la esquina (kanaf) del manto de Saúl donde había un tzi-tzit, símbolo de su autoridad.
En el libro “Símbolos del Judaísmo” [Symbols of Judaism], Marc Alain Quaknin dice que “la observación de un rito requiere la capacidad de reconocer el nombre divino en sus muchas formas a medida que se manifiesta en la realidad que nos rodea.” Hoy día, los varones desde su temprana niñez visten un tipo de talit pequeño (talit katán) bajo su ropa regular. A veces se pueden ver los tzi-tziot sobresaliendo de su camisa o chaqueta. El hombre usa y conserva su talit toda la vida, e incluso es enterrado con él luego de ser removidos los tzi-tziot.
Según el código de la ley judía, “Severo es el castigo para uno que es negligente en cumplir el Divino Mandato de ponerse el tzi-tzit.” El propósito del tzi-tzit es “…que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos del SEÑOR, a fin de que los cumpláis…” (Núm. 15:39). El Talmud comenta: “Este mandamiento equivale a todos los preceptos, porque la vista conduce al recuerdo, y el recuerdo a la ejecución” (Menahot 43b).
Demostrando la Fe
Ahora que conocemos varios detalles del tzi-tzit, podemos comprender el significado de la historia de la mujer con el flujo de sangre. Fue más que un asunto de ir ante el Señor por sanidad. Aunque las Escrituras no le prometían sanidad al tocar el tzi-tzit, es posible que ella recordara el verso en Malaquías 4:2. La interpretación tradicional lo asociaba con el Mesías: “Mas para vosotros que teméis mi nombre, se levantará el sol de justicia con la salud en sus alas; y saldréis y saltaréis como terneros del establo.” Eso explicaría su razón por querer tocar el “ala” del talit de Yeshúa. Números 15:38 y Malaquías 4:2 usan la misma palabra hebrea de kanaf para indicar la esquina o el borde de un manto. En ese contexto hebraico, uno que usa un talit podría decirse que “habita al abrigo del Altísimo” y que está “bajo sus alas” (Sal. 91:1, 4).
La mujer había escuchado que Yeshúa era el Mesías. Así creían muchos durante ese tiempo, evidenciado por la multitud que seguía tras Su poder sanador. Eso también explica por qué ella fue instantáneamente sanada. Estaba expresando su fe en que Yeshúa era el “Sol de Justicia”, el esperado Mesías.
Cuando la mujer se movió en fe, Yeshúa no sólo la restauró físicamente, sino también socialmente, al llamarla “hija.” La aceptó. No estaba molesto con ella por haberlo tocado. La bendijo con la paz de Dios, y restauró su auto-estima. Yeshúa le indicó que su fe en Dios produjo su total sanidad y restauración.
Si comprendemos el propósito del fleco o tzi-tzit, podemos tener una bella revelación sobre la clase de relación que el Señor desea tener con Su pueblo. Yeshúa está muy conciente de la vulnerabilidad de nuestra fe, pero siempre nos quiere animar a que pongamos a un lado nuestros temores, y que confiemos en Él. Nos quiere llevar a un punto de que extendamos nuestras manos hacia Él, y creamos en Su poder y Sus promesas.
Excelente estudio. De los mejores que he leído.Podría indicarme si es usted, Don Luis Fernando Graciano el autor del mismo?
ResponderEliminarGracias
Juan López
BELLO
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