"YVHH Elohim formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente." - Génesis 2:7
Cuando leemos Génesis en Español, no vemos varias ideas maravillosamente profundas contenidas en las palabras que elige para describir la relación del hombre con el resto de la creación y con Elohim. La palabra para tierra es adamah, y por supuesto el primer humano se llama "Adán." Encaja perfectamente en la escena de Elohim formando a Adán a partir del adamah, y el hecho de que la piel de Adán es roja (adom, en Hebreo), como la tierra. A Adán se le da la tarea de trabajar la adama, y cuando Adán muera, volverá a la adama.
Aunque estamos fundamentalmente hechos de la tierra, la Escritura dice que somos únicos en nuestra conexión con el mismo Elohim, cuando nos creó a Su imagen y nos insufló el ruaj (aliento) de vida. No somos mini-dioses, somos cosas creadas como todo lo que nos rodea. Pero, somos diferentes del resto de la creación por el tipo de vida única que nos dio el propio Elohim.
Hay un sabio dicho Rabínico sobre esto. Se dice,
"Una persona siempre debe llevar dos hojas de papel, una en cada bolsillo. En una debe escribirse, "No soy más que polvo y cenizas," y en la otra, "Toda la creación fue hecha por mi causa."
(Mishnáh, Sanedrín 4:5)
Es decir, todos deberíamos humildemente darnos cuenta de nuestra propia fragilidad y corta vida en esta tierra, y nuestros "pies de barro" -- nuestra tendencia a pecar. Pero también deberíamos recordar continuamente que todos hemos sido creados a imagen de Elohim, cada uno muy valioso a su vista.
B"H
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