¡Amén y amén!

"Bendito sea el Señor, el Elohim de Israel, desde siempre y hasta siempre. Y que todo el pueblo diga: "Amén." Salmos 106:48

Es interesante observar que la palabra más conocida en toda la tierra, en la mayoría de los idiomas, es la palabra Amén, una palabra Hebrea. Tanto los Judíos como Cristianos y Musulmanes utilizan esta palabra en la oración, y por lo general no cambia de un idioma a otro. Incluso en el Griego del Nuevo Testamento, la palabra se escribió literalmente como "amén" en lugar de utilizar una traducción Griega.

La palabra amén está relacionada con las palabras Hebreas emunah (fe, creencia, confianza) y emet (verdad). Significa algo así como: "Esto lo afirmo" o "Que sea así." Se utilizaba en todo el Antiguo Testamento como respuesta, como cuando se leían bendiciones o maldiciones como parte de un pacto, y todo el pueblo decía "Amén." Cuando se cantaban salmos, el pueblo respondía "Amén." El líder no lo decía - era una forma de que el pueblo proclamara su acuerdo con la liturgia que escuchaba. En la oración Hebrea actual, esto se sigue haciendo. Después de que el líder recita la oración, el público sigue con "Amén," diciendo en efecto: "Yo también afirmo esta oración, que sea así para mí también."

Algunos estudiosos creen que ha habido confusión en nuestra comprensión del uso de amén por parte de Yeshua. A menudo comenzaba a hablar con un amén, lo que se ha pensado que era una forma de enfatizar sus propias palabras. En la versión RV, se traduce como "en verdad" y las traducciones modernas lo eliminan por completo, y lo sustituyen por "en verdad les digo."

Lindsay, un estudioso del contexto Judío del siglo I de Yeshua, cree que Yeshua en realidad utilizaba el amén como lo hacía el resto de su sociedad: como respuesta de afirmación de algo que precede a sus palabras. Por ejemplo, cuando el centurión le dice que con sólo pronunciar la palabra, Yeshua puede curar desde lejos, Yeshua dice: "¡Amén! Les digo que no he visto una fe tan grande en Israel." (Mateo 8:10) El amén inicial es una exclamación de entusiasmo como reacción al escuchar la declaración de fe del hombre. Yeshua respondía a la gente y a las situaciones que le rodeaban con un fuerte amén a veces, y no se limitaba a subrayar sus propias enseñanzas con esa palabra.

"Amén" no es sólo el final natural de una oración, sino que es una forma de decir "¡Estoy muy de acuerdo!"; Ya sea que lo digamos al final de nuestras propias oraciones, o que lo usemos para estar de acuerdo con la oración de otro, que todas nuestras oraciones reflejen este acuerdo de todo corazón con las palabras que hemos orado, y nuestra respuesta de fe a las respuestas de Elohim.

B"H