"¡Miren qué bueno y qué agradable es que los hermanos vivan juntos en unidad! Es como el precioso aceite sobre la cabeza, que cae sobre la barba, incluso la de Aarón, que cae sobre el borde de sus ropas. Es como el rocío de Hermón bajando sobre las montañas de Sión." - Salmo 133:1-3
En la tierra seca de Israel, la lluvia no cae durante seis meses entre Mayo y Octubre. Entre ese tiempo el rocío, el tal, es tan esencial como la lluvia, que llega cada noche en el verano mientras la fruta crece. Sin él, la fruta se marchitará y no madurará.
Debido a que el agua era tan importante para el sustento del país, se entendía que las lluvias abundantes eran un signo de prosperidad y bendición, como lo sería hoy en día un trabajo bien pagado con buenos beneficios. Pero al igual que nuestras vidas, la gente podía planear que una parte del año fuera abundante en lluvias, y otra parte del año fuera seca y reseca. De la misma manera, podemos contar con algunos momentos de bendición y otros de necesidad en nuestras vidas.
Con esas cosas en mente, Salmo 133:1-3 es muy significativo. Este versículo habla del rocío del Monte Hermón cayendo sobre las montañas de Jerusalén. El Monte Hermón, en el Norte, recibe enormes cantidades de rocío del Mediterráneo durante gran parte del año -- las plantas se empapan cada noche. Jerusalén está en el Sur y recibe mucho menos. Pero en un año en que recibe mucho rocío, la fruta crece extremadamente bien -- es como si un fertilizante súper poderoso hubiera sido vertido en la tierra.
Encuentro fascinante que esta imagen de abundante rocío produciendo una cosecha abundante de frutos se utilice para describir el efecto de la unidad. En nuestra cultura individualista, tendemos a enfatizar el logro individual en lugar de aprender a someternos y trabajar junto con otros para lograr un objetivo mayor.
Parece que el único momento en que tendemos a hacerlo es cuando estamos bajo presión por falta de recursos, como cuando el verano es muy seco. Pero es durante este tiempo que los frutos están madurando, y cuando aprendemos a someternos mutuamente y a unirnos en verdadera unidad, es cuando Elohim es más capaz de producir una cosecha asombrosa.
B"H
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