"Porque el pan de Elohim es el que baja del cielo y da vida al mundo." (Juan 6:33)
Cuando Richard y Lucinda (trabajadores voluntarios) feron por primera vez a Israel, vieron bolsas de plástico que contenían trozos de pan colgando de los lados de los contenedores de basura a lo largo de la calle donde residieron. Cuando preguntaron sobre esto, no se les pudo dar una respuesta, pero luego recordaron que la gente en Israel no tira sus restos de pan. Había oído que los Judíos consideran un pecado tirar el pan, pero nunca supe por qué.
Al buscar en la Enciclopedia Judía con la entrada "Pan" se puede encontrar que desde los tiempos Bíblicos, proveer de pan a los pobres era considerado como un gran deber religioso (Isaías 58:7; Proverbios 22:9); negárselo a los hambrientos, un pecado (Job 22:7). La importancia de compartir el pan con los pobres ha permanecido en la conciencia Judía hasta hoy.
En lugar de tirar su pan junto con el resto de su basura en los carros de basura estacionados a lo largo de las calles, guardan el pan en sacos de plástico y lo cuelgan de las proyecciones de metal en los lados de los carros. De esta manera, el pan está potencialmente disponible para los pobres. No todos los Judíos de Israel siguen esta costumbre, pero muchos lo hacen, especialmente en el barrio de Maoz Zion.
No es inusual ver trozos de pan o parte de un panecillo tirado en un bordillo, o en lo alto de una pared. Un día un hombre joven y mal vestido caminaba por la acera. De repente, se dio la vuelta y procedió a caminar en la dirección opuesta. Sin reducir su marcha ni girar la cabeza, levantó su brazo derecho y agarró un trozo de pan que había estado tirado en el saliente de la pared.
El pan tiene una connotación especial, casi sagrada, en la vida Judía. Siempre que se come pan, incluso un trozo del tamaño de una aceituna, se debe decir una bendición. Yeshua se refirió al "pan" muchas veces en sus enseñanzas, y enseñó a sus discípulos a orar, "Danos hoy nuestro pan de cada día." "Como el pan arrojado sobre las aguas volverá después de muchos días" (Eclesiastés 11:1), así, "El que tiene un ojo generoso [iluminado, bueno] será bendecido, porque da su pan a los pobres" (Proverbios 22:9). Pensemos dos veces antes de tirar el pan que nos sobra a la basura.
B"H
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