Nefesh - Alma, vida

"Uno de ellos, un abogado, hizo una pregunta a Yeshua diciendo: "Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la Toráh?" Y Él le dijo: "Amarás a YHVH tú Elohiym con todo tú corazón, con toda tú alma (nefesh) y con toda tu mente." - Mateo 22:35-37

El mandamiento de amar a Elohim con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza es el más grande de los mandamientos. Forma parte del Shema, la "promesa de lealtad" que Yeshua y todos los Judíos desde él han dicho mañana y tarde para comprometerse a seguir al Señor. Cuando pensamos en esas palabras, solemos pasar rápidamente por la frase "corazón y alma," probablemente pensando que significa que debemos amar a Elohim con nuestro espíritu y emociones, y muy apasionadamente.

Nuestra comprensión puede enriquecerse si entendemos mejor la palabra nefesh, "alma." Nefesh significa tanto vida como alma. Así que la interpretación Judía de "ama al Señor con toda tu alma" es, en realidad, que debemos amar a Elohim con toda nuestra vida, en cada momento de nuestra vida, hasta el punto de sacrificar nuestra vida por él. Si los Hebreos pueden, citarán el Shema al morir para hacer un compromiso final con su Elohim.

De hecho, hay una poderosa historia que se cuenta para ilustrar esa idea. El Rabino Akiva, que vivió en el siglo I D.M., uno de los Rabinos Hebreos más respetados, fue torturado hasta la muerte públicamente por los Romanos. Era el momento de decir el Shemá de la mañana, y durante la tortura, sus alumnos le oyeron recitar el Shemá en lugar de gritar de dolor. Sus alumnos le gritaron: "Maestro, ¿aún ahora?." El Rabino moribundo explicó: "Toda mi vida me he preguntado sobre la frase que dice 'Ama a YHVH tú Elohim con toda tu alma', preguntándome si alguna vez tendría el privilegio de hacerlo. Ahora que me ha llegado la oportunidad, ¿no la aprovecharé con alegría?." Repitió el primer verso del Shema: "Escucha, Israel, el Señor es nuestro Elohim, sólo el Señor," hasta que se le fue el alma (vida, aliento).

Esto es a lo que nos llama Yeshua, y lo que él mismo hizo: amar al Señor (y a nosotros) con toda su vida, hasta que expiró.

B"H